Reimundo Patiño Mancebo nace en La Coruña en 1936, la personalidad de este artista, tan prematuramente desaparecido, trasciende al ámbito puramente plástico para incidir en campos sociales y políticos, pues siempre se sintió comprometido con los movimientos nacionalistas gallegos en la amistad con jóvenes intelectuales contemporáneos, entre los que destaca el escritor Xosé Luis Méndez Ferrín.
Residió en Madrid desde 1958 y es allí donde intensifica su militancia galleguista, con la participación en grupos beligerantes como Brais Pinto o Estampa Popular Gallega, que pretendía difundir el arte en medios sociales a los que habitualmente no llega. Su pensamiento pretende aunar las traducciones atlantistas y el panfletismo centroamericano con las reivindicaciones galleguistas.
Se inicia, desde el autodidactismo, en modos informalistas que derivarán a un fuerte expresionismo, con un dibujo y colorido muy enérgico, sin duda influido por los grandes muralistas mexicanos, sobre todo Orozco y Sequeiros.
Más que una plástica en sí misma, su obra es un arma de militancia y denuncia, con fines sociales. Trabaja en grandes formatos y ensaya expresiones de multiplicidad, como la litografía y el grabado. Se integra en el grupo "A Gadaña", con muestras que recorren Galicia y buena parte de España. Como grabador participa en exposiciones importantes, entre ellas, la IV Bienal de Lubjana. Su temperamento difícil, atormentado, se refleja en su obra, que busca complicados grafismos. Incide en el expresionismo más feroz, aunque al fin y al cabo siempre haya en su pintura un lirismo indeclinable.
Sus muestras personales se suceden en diversas ciudades de Galicia y en Madrid y Barcelona. Participa en las actividades de Sargadelos y su obra va llegando a los museos de Galicia y a colecciones institucionales. Tras su temprano fallecimiento, en 1985, se realizan exposiciones antológicas, homenaje de sus amigos intelectuales a un militante permanente de todo movimiento galleguista.
(Información obtenida de Wikipedia)