Barcelona, 1875 - 1946
Nacido en plena efervescencia de la renovación de Cataluña, tanto a nivel económico como cultural y de autodeterminación, que lleva, a la creación del Ensanche Barcelonés, el levantamiento de la Sagrada Familia y a la inauguración del tren Barcelona-París en 1977 y ese mismo año, la apertura de la Sala Parés, su infancia, de este modo, se desarrolla en un ambiente holgado y progresista, su padre era contratista de obras de la ciudad. En 1894, con el apoyo de su familia, presenta su primera obra, una cabeza a lápiz, en la Exposición General de Barcelona. Tras ser rechazada su solicitud de ingreso en la Académia Sant Jordi, su familia decide matricularle en una de las mas prestigiosas e innovadoras academias del momento, la fundada por Pere Borrell del Caso. Allí junto con sus compañeros, crearán la peña denominada “El rover de l’ou”, de claro gusto realista que reaccionaba contra el estancamiento modernista.
En 1896, viaja a Roma donde permanece durante dos años, aunque la ciudad eterna había quedado vetusta en el terreno artístico, pasando el relevo a París, por lo que en 1899 parte hacia la capital francesa. Alli va a descubrir los muros del Panteón de Pubis de Chavannes pero también a los impresionistas del Museo de Luxemburgo. Inmerso en la vida parisina y el círculo catalán que allí residía frecuenta los famosos cabarets, como el Moulin Rouge, que era propiedad del catalán Ramon Oller, donde se codea con Lautrec.
Tras una breve estancia en Barcelona en 1904, su pintura no es valorada como merece lo que hace que afiance su residencia en París, donde era habitual del Salon des Indépendants. La guerra de 1914, precipita un cambio en la ciudad, cierra el Moulin Rouge, pero Ysern continua pintando, inmune a los nuevos movimientos estéticos y fiel a los interiores de los cafés concierto. Terminada la guerra, París vive una nueva etapa de optimismo. “los felices años veinte”, marcados por la presencia norteamericana, el fox-trot y el jazz. Mientras, Ysern pinta paisajes catalanes y paulatinamente su interés por su tierra natal, se hace más y más fuerte y comienza a pasar largas temporadas en Mallorca, hacia el año 1924, hasta que en 1927, retorna a España. Su presencia en los certámenes barceloneses y nacionales era constante y su pintura valorada, pero una vez más, la guerra civil en 1936 le recluyen en Mallorca y de nuevo en París.
En 1939, regresa definitivamente a Barcelona donde permanece hasta el momento de su muerte. En la década de los ochenta la sala Parés realiza una gran exposición, la Caixa de Barcelona una magnífica antológica de su obra y la Sala Velázquez de Madrid otra exposición. Esta revalorización de la pintura de Ysern lleva a la Sala Drouot de París a subastar en 1989 su obra Danseuse au Tabarin por cifras millonarias.
Ref-ciudad de la pintura