"El tratamiento metafísico de la luz. Ese es el elemento más importante de mi pintura...Mi estética podría definirse como una búsqueda de la esencia de toda cosa, ser, imagen; como la búsqueda de una raíz espiritual que hay en cada forma del Universo."
Cristino de Vera nació en 1931, en Santa Cruz de Tenerife. En 1946 inició su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal, donde tuvo a Mariano de Cossío como maestro, quien le hizo conocer el postcubismo y la poesía de la generación del 27.
En 1951, a los 20 años, decidió irse a estudiar a Madrid, donde frecuentó el taller de Vázquez Díaz. Completó su educación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el Círculo de Bellas Artes. A los 22 años decidió empezar de cero, y llevarse por su propia intuición.
En los 50, debido a su participación en una muestra colectiva en la galería Xagra (1952) y a su primera individual en la galería Estilo (1954), su pintura se conoció dentro del panorama artístico madrileño.
Realizó otras exposiciones individuales en la capital de España: Sala Alfil (1956 y 1957), Ateneo de Madrid (1959). En 1960 obtuvo una beca de la Fundación Juan March por la cual viajó a Bélgica y Holanda. Al año siguiente recorrió Italia y Francia.
En los 60 y 70 participó en exposiciones colectivas en casi toda España, y también en exposiciones internacionales, como la II Bienal de París en 1961, la Bienal de Venecia en 1963 y la Feria de New York en 1964.
En 1974 presentó una exposición en la Rutland Gallery de Londres Ese mismo año visitó por primera vez los Estados Unidos. Fue un artista que viajó mucho, en 1975 conoció India y Brasil; en 1977, Rusia, y en 1978, México.
En abril de 1976, el ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria presentó una antológica de su obra en el Castillo de la Luz. Cristino de Vera recién volvió a exponer en 1982.
En los 90 participó en tres ediciones de ARCO (1990,1992 y 1994). En octubre de este último año, el Gobierno de Canarias organizó una antológica -en el Centro de Arte la Regenta de Las Palmas de Gran Canaria-, compuesta por obras realizadas en los últimos 40 años.
En 1996, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, le dedicó una exposición sobre su obra en papel, a la que le siguió una muestra sobre sus dibujos en el Centro Atlántico de Arte Moderno.
El artista reconoció la práctica, en sus procesos creativos, de meditación cercana a la mística cristiana y oriental. Con frecuencia ha sido llamado “místico”, debido a que su trabajo “nace de la austeridad y la poesía”, y se sostiene en un estilo muy personal que siempre “conduce a una reflexión espiritual”. La temática de su producción artística se centra en su obsesión por la muerte.
Según él “el arte es una forma de rezar, de expresar un sentimiento de religiosidad indefinido, sin un dios con nombre declarado. Necesito pintar como ejercicio espiritual. Los artistas de todas las épocas hablan de rapto de la inspiración, de momentos en que no son del todo conscientes de lo que hacen. Son momentos de éxtasis, en los que el artista es un médium”. El misticismo de su pintura fue elogiado por los poetas Gerardo Diego, Carlos Edmundo de Ory, Ángel Crespo y José Hierro.
Su obra se inició en la línea del expresionismo, más inclinado hacia el color. En esa primera etapa cultivó el paisaje y el dibujo. Sin embargo, el haber pasado por el taller de Vázquez Díaz hizo que redujera su paleta, como ha manifestado en los bodegones que realizó en esos años, utilizando los sienas, azules y grises. Por otro lado, entre 1960 y 1962 se dedicó a la abstracción, y luego en sus cuadros aparecieron figuras y naturalezas muertas. Manifestó su admiración por algunos pintores abstractos contemporáneos, como Rothko o Pollock, “capaces de pintar la nada con unos simples colores”.
Su obra se encuentra en el Museo Provincial de Tenerife y en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. En 1997 cedió gran parte de su producción artística al Gobierno de Canarias, y puso como condición que ésta fuera expuesta para disfrute y conocimiento de todos los canarios. Ya en el nuevo milenio ha dado muestras de su generosidad donando al IVAM parte de su trabajo.
Ha sido galardonado con el Premio Canarias de Arte, y en 1998 recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes y el Premio Nacional de Bellas Artes.