Javier Vilató, (Barcelona, 1921-Paris, 2000)
Inmerso desde pequeño en el mundo del arte, Javier Vilató, sobrino de Picasso _hijo de su hermana Lola y del neuropsiquiatra catalán Joan Baptista Vilató_, se sumergió, en París, en la nueva forma de vivir y sentir el arte que el gran artista aportó, huyendo de parámetros establecidos y buscando su propia identidad.
Si algún rasgo caracteriza la vida y la obra de Vilató, mas allá de sentirse siempre atraído por la luz del Mediterráneo, hecho evidente en su uso del color, es su interés, o mejor dicho su mirada reveladora del entorno, a menudo el entorno mas próximo, casi íntimo. Por ello, Vilató siempre fue un gran retratista, hasta el último momento en que trabajó intensamente el retrato escultórico.
Tanto de las mujeres amadas, de los hijos, de los amigos, como de los animales con los que siempre compartió su hogar _los perros, los caballos, o los insectos_, como retratista, al fin y al cabo, de los objetos domésticos y cotidianos como por ejemplo un frutero, un cántaro o una lámpara. Temas, todos ellos, que reflejan su personal reflexión vital de una forma libre, enérgica y apasionada.