Antonio Saura (Huesca, 1930-Cuenca, 1998) forma parte de la historia del arte de la segunda mitad del siglo pasado por muchas cosas. Fundador del grupo El Paso (junto a Rafael Canogar, Manolo Millares o Martín Chirino entre otros), Saura se inició en el Surrealismo pero hizo suya la abstracción expresiva y de manera especial su vertiente manchista. Los brochazos negros y grises sobre blanco le venían muy bien para volcar su amargura y su rotundo descontento político y social. Sus disecciones de desnudos, autorretratos, crucifixiones, curas, multitudes o sus reinterpretaciones de obras maestras de sus admirados Goya o Velázquez, protagonizan la mayor parte de una extensa obra representada en los grandes museos europeos de arte contemporáneo.
El País