Santiago de Compostela (1949)
Sus primeras exposiciones individuales datan de los años 70. En esta década realizó varias propuestas de carácter conceptual sobre el lenguaje, el cuerpo o la identidad. En los 80' se incorporó al movimiento Atlántica. En estos años alternó la figuración de corte expresionista, con dominio del dibujo y el color, con la abstracción. Una vez desaparecida Atlántica, Quintana Martelo dió un nuevo cambio a su obra, encaminándose hacia una estética próxima al pop, que derivó en realismo en la década de los 90'. En sus retratos y naturalezas muertas, mezcla imaginación y sensibilidad, buscando el equilibrio de las composiciones, mediante el estudio de la profundidad y la luz.