"Mis cuadros son sucios y caóticos como es Manila y en relación a España, los cuadros son como los de Goya después de una bacanal."
"El arte es demasiado serio. Yo quería que el título fuera divertido. Creo que las ideas más importantes deberían contener palabras ridículas para conectar con el significado que se quiere expresar. Muchas veces se ha repetido que la pintura ha muerto. El título se refiere al hedor del cuerpo putrefacto de la pintura, lo cual da vida como un fertilizante."
"No me gusta ser artista, preferiría ser billonario... "
Manuel Ocampo lleva más de veinte años en la escena internacional del arte. Actualmente vive en Manila pero pasa parte de su tiempo trabajando en los Estados Unidos y Europa, especialmente en Alemania, Luxenburgo y Francia. Su primera exposición individual tuvo lugar en Los Angeles en 1988, y a partir de ahí ha ocupado un lugar importante en el arte internacional. A principios de la década de 1990 fue incluido en dos de los dos eventos más importantes en Europa Documenta IX (1992) en la Venice Biennale (1993). Tambien en el Museum of Contemporary Art, Los Angeles (1992), en la California Art Scene en Sezon Museum of Modern Art, Tokyo (1991),,,etc. Tambien ha participado en varias bienales como la de Gwangju (1997), Lyon (2000), Berlin (2001), Venecia (2001) and Sevilla (2004).
Ocampo es conocido por enfrentrarse sin miedo los tabúes e iconos de la sociedad y del mundo del arte. Durante la década de 1990 se dio a conocer por el uso audaz de una iconografía muy recargada que combinaba imágenes católicas con motivos asociados con la opresión racial y política, denunciando conflictos sobre las vicisitudes personales y de identidades de grupo. Ilustra sus obras, a menudo muy gráficamente, mostrando las heridas que cortan profundamente el cuerpo de la sociedad contemporánea, muchas veces a través de la fuerza visceral del arte católico español, con sus Cristos sangrando y santos torturados.
Últimamente, sus obras se han vuelto más misteriosas. emocionalmente cargadas de motivos que evocan un mundo interno de inquietantes visiones y pesadillas.