Estudia Derecho en Madrid y realiza después el ingreso en la carrera diplomática. Al mismo tiempo asiste al taller del pintor López Mezquita. En 1923 se instala en París como diplomático. A partir de entonces entra en contacto con los artistas españoles de la vanguardia parisina, colecciona sus obras y sirve de apoyo para los artistas más jóvenes. Su dedicación a la pintura se produce bajo la influencia del cubismo, que le permite liberarse de las restricciones académicas y dejar fluir la imaginación, fuera de las ligaduras impuestas por el realismo. Su asimilación del cubismo será muy personal, y a ella se suma la incidencia del surrealismo a partir de 1928, con sus exploraciones en el automatismo, y con ecos de Miró y Max Ernst.
Hasta 1936, fecha de su muerte en accidente de caza, Olivares vive entre París y Madrid. Fue uno de los organizadores de la Exposición de Artistas Ibéricos de 1925, pero al verse forzado a administrar bienes familiares, va reduciendo su dedicación a la pintura, de manera que su etapa productiva es muy reducida y como consecuencia, su obra es escasa y poco conocida. Si bien ha sido incluido en exposiciones de la Escuela de París, su obra pudo verse en España sólo en contadas ocasiones. En 1974, la galería Multitud de Madrid le dedicó un espacio importante en la muestra “Orígenes de la vanguardia española: 1920–1936” y en 1976 tuvo lugar una exposición antológica sobre su obra en las salas de la Dirección General de Bellas Artes. VT & CB