Nació en Tarragona en 1949.
Se formó artísticamente en la Escuela de La Massana de Barcelona.
Se sintió atraído desde niño por la pintura, arte que pudo desarrollar gracias al aliento de los hermanos de La Salle. Fueron ellos quienes convencieron a su padre para que facilitara su vocación, y desde ese momento, además de padre, se convirtió en su aliado más fiel.
Empieza profesionalmente a pintar a los 23 años, pero tanto antes, en su periodo de formación en la Escuela Taller de Arte de Tarragona, la Escuela Massana o el Cercle de Sant Lluc, como ahora, cuando su voz tiene un sitio asignado en el mundo del arte, Jaume se ha considerado siempre un artista muy disciplinado.
Su interés por el pasado, por el universo de los recuerdos, lo plasmó en una etapa de su vida cuando en Olot, en un entorno volcánico, de paisaje sufrido, que llamaría la atención a cualquier artista, prefirió pintar interiores de anticuario. Allí descubrió las muñecas, muñecas antiguas, el principal tema por el que se le conoce: “he encontrado en las muñecas otra dimensión”. Es una dimensión casi mágica, que hace cobrar vida a un objeto en la pantalla sin horizonte de un cuadro