Mucha gente conoce a Wassily Kandisky, a menudo llamado el padre del arte abstracto, pero no muchos saben que el legendario artista ruso tuvo como profesor a un artista esloveno llamado Anton Ažbe.
Ažbe nació en 1862 en el pequeño pueblo de Dolenčice en Eslovenia. Se quedó huerfano muy joven y pasó la mayor parte de su niñez con una familia adoptiva. Era pequeño y débil asi que lo prepararon para trabajar en una tienda de ultramarinos. Se escapó y empezó a convivir con artistas. Sabía que tenía talento para pintar así que se matriculó en la Academia de Bellas Artes de Viena y Munich.
Además de artista de talento, tambien tenía grandes conocimientos de arte así que a menudo le pedían opinión sobre obras de otros artistas. En 1893 abrió su propia escuela en la capital Bávara. Enseñó durante más de una década y tuvo alumnos de toda Europa, incluyendo a Rihard Jakopič, Ivan Grohar, Wassily Kandinsky, Mstislav Dobuzhinsky y Nadežda Petrović.
Era conocido como un profesor exigente, y sus alumnos pasaban horas estudiando las complejidades de la figura humana. Sin embargo, predicó la primacía de la visión del artista y fue recordado por sus palabras: "Conoce tu anatomía, pero olvídala delante de tu caballete". Instó a sus alumnos a que se centraran en "la línea principal" en lugar de detalles insignificantes.Según algunos historiadores del arte, las teorías desarrolladas por Ažbe influyeron fuertemente en la interacción del color en el arte abstracto de Kandinsky muchos años después.
Se sabe muy poco de su vida privada. Nunca se casó y tenía reputación de solitario y excéntrico. Caminaba de forma muy lenta lo que provocaba que los niños se burlaran de él, e incluso fue ridiculizado por los dibujantes de Munich. Dormía en su estudio y solía ir de borrachera por las cervecerías del barrio.Aún así, sus alumnos le gustaban mucho, muchos de los cuales preparó de forma gratuita. Kandinsky lo describió como un "artista dotado y una persona extraordinariamente buena". En 1903, el gobierno de Serbia le otorgó una medalla.
Ažbe no fue un pintor prolífico, pero algunas de sus obras, como "Negress" (Zamorka), un perfil de mujer negra, se han convertido en clásicos y ahora se exhiben en la National Gallery de Ljubljana. Murió de cáncer en 1905. Si bien nunca se apartó demasiado del realismo y no abrazó la vanguardia, su legado vivió en sus estudiantes, muchos de los cuales llegaron a dar forma al arte del siglo XX.